jueves, 21 de julio de 2016

DESDE MI ATALAYA: Las Piedras en el Camino



DESDE MI ATALAYA:

Por. Dr. Claudio Emilio Pompilio Quevedo
Editor / Director
SUROESTEonline - La Vie Charmant
Foto. Cortesía Internet Fotolia


La vida nos da tantos golpes inesperados, que uno no encuentra que decir o cómo consolar a las personas queridas e incluso a uno mismo, porque son tantos palos que se aguantan, que uno queda sin palabras.

En muchos casos, la vida es una odisea que se transforma en angustia, estrés y desesperación, ya que muchas veces, cuando uno cree estar bien, surgen imponderables que nos trastocan el pensamiento y los sentimientos.

Pero antes de vencernos por el desespero y la tribulación, primero debemos ver bien que es lo que ocurre, mirar que alternativas que puedas estar a nuestra disposición y finalmente, proceder según creamos conveniente. 

Dejarnos llevar por la rabia (que es normal y humana en muchos casos) no nos hará ganar nada, porque la rabia nubla la mente y hace que uno tome decisiones equivocadas. 

Por más que estemos en un momento de profunda crisis, ya sea existencial, moral, económica o de salud, Siempre debemos tener presente que toda gran decisión se debe tomar cal tener todos los elementos en la mano y en frío, para ser mas asertivos.

No puedo decir que no nos preocupes, que no nos molestemos, porque todos somos humanos y esos sentimientos negativos a todas luces, existen y afloran cuando nos encontramos en situaciones extremas. 

Por ello, s sabio desahogarse, tal vez como hacen los japoneses, golpeando una almohada hasta que quedes sin fuerzas, llorando, gritando con todas nuestras fuerzas, ya que esto constituye una catarsis que nos descargará, tranquilizará, y templará los nervios, permitiéndonos expulsar de nuestro interior parte de la negatividad que seguramente estamos acumulando inconscientemente; y eso hará, aunque no lo crean… ver las cosas con otro matiz, porque en la vida, todo no es negro y blanco solamente.

El ser luchadores es algo que nos distingue, está en nuestro ADN y forma parte de nuestra propia esencia. Todos los seres humanos tenemos una increíble capacidad de batallar y sobreponernos a las circunstancias más adversas. A salir adelante de entre las sombras más obscuras. Vencer en las contiendas más tremendas y sobre todo a re inventarnos como personas. 

Así es que lo que nos queda es continuar bregando contra las zancadillas del destino y tener FE ciega que Dios, sea cual sea la creencia que tengamos, aunque por momentos pareciera nos abandona o no nos escucha, siempre está a nuestro lado, sosteniéndonos y levantándonos cada vez que tropezamos y caemos.

Aunque no lo creamos así o nos neguemos a verlo de esa manera, las piedras del camino son enseñanzas que tenemos la oportunidad de recibir. Enseñanzas duras, fuertes, injustas en muchos casos, pero que en definitiva van formando nuestro carácter y fortaleciendo nuestra constancia y voluntad. Porque cada vez que tenemos un tropiezo nos levantamos, cada vez que nuestro pie choca con un pedrusco en vez de quedarnos paralizados por el dolor y echarnos a llorar, nos sobreponemos con valentía y proseguimos el camino dejando atrás ese momento perturbador, que, con seguridad se continuará repitiendo muchas veces más, porque bien lo dice el dicho “el hombre es el único animal que tropieza varias veces con la misma piedra”.

Por ello, sabiendo que seguiremos repitiendo los mismos errores o recibiendo muchos más golpes, conscientes o inconscientes, merecidos o injustos, no bajemos la guardia. 

No permitamos ser vencidos por el peso de la vida, porque a pesar de las circunstancias más lóbregas que puedan rodearnos o al creer que ya no podemos soportar más, “Nos Equivocamos”. 

Si podemos continuar! Si podemos vencer! Si podemos salir adelante y tener finalmente, un nuevo amanecer. 

Solo recordemos siempre respirar muy hondo y recordar quiénes somos, cuánto hemos pasado y cuantas trabas hemos vencido. 








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