Por. Dr. Claudio Emilio Pompilio Quevedo @cepq
SUROESTEonline_La Vie Charmant
Photo. Cortesía
Exclusivo desde España.
Escritor, poeta, conferencista, estudioso de El Greco, hombre de profundo amor por el arte y sobre todo la palabra, que ha producido varios exitosos libros que son un verdadero placer, Guillermo Arroniz López es un pensador que va acorde con los tiempos.
Sensible y dedicado, su trabajo, desarrollado en la maravillosa ciudad de Madrid, se destaca por la alta factura del mismo, y sobre todo por la pasión que pone en todo lo que hace, ganándose la admiración y el respeto de todos aquellos que le siguen y se mantienen a la expectativa ante cada nueva producción.
◙ Guillermo, la cuarentena, ¿cómo ha cambiado su vida?
► En muchos aspectos. Ahora teletrabajo, vivo con una persona que es colectivo de riesgo y hay que duplicar los cuidados. Sólo salgo a la calle para lo imprescindible. Y duermo más. Por otro lado no puedo visitar a mis padres, que son también personal de riesgo; he tenido que dejar de dar paseos por mi adorada Madrid; no puedo acudir a las librerías (uno de mis placeres favoritos), entrar en las iglesias en busca del consuelo que el templo, con su especial atmósfera creada por medio de las formas arquitectónicas y las imágenes, atmósfera que potencia el verdadero sentimiento de protección que da estar cerca del Sagrario.
◙ En éstos días muchos han descubierto el placer de tener nuevas actividades, otros han retomado algunas que en algún momento de sus vidas realizaban y que habían olvidado. ¿Está usted en alguno de éstos casos?
► Mis actividades culturales esenciales no han cambiado: leer libros, visitar webs de Arte (especialmente Museos y monumentos), y escribir. Todo eso lo mantengo cuanto puedo porque es la sabia que nutre mi mente y me motiva. No he vuelto a pintar ni he descubierto una pasión por el deporte que nunca tuve… Como mucho puedo decir que he retomado mi interés por la cultura del Egipto faraónico que tenía algo aparcado.
◙ A nivel personal, ¿que ha sido lo positivo y lo negativo de ésta pausa obligada?
► Lo más positivo, sin duda, es poder pararse a reflexionar sobre la importancia de estar vivo, y que lo estén los seres queridos. Pero también sobre cuán vital es poder acceder a lo necesario: comida, productos que salvaguardan del virus (mascarillas, jabones, geles hidroalcohólicos…), y la relevancia del trabajo, la actividad laboral de la que surge la riqueza que nos permite vivir, no sólo sobrevivir, sino vivir en el sentido más pleno de la palabra: llenar la existencia de aquellas cosas que nos motivan y enriquecen, no siendo la menor la posibilidad de ayudar a otros. Como dijo Margaret Thatcher en su día, nadie se acordaría del Buen Samaritano si, además de buenas intenciones, no hubiera tenido dinero.
◙ ¿Usted cree que éste tiempo “de reflexión” para muchos puede producir como resultado un cambio positivo en la humanidad o sólo será un tiempo perdido que no dejará nada valioso para el ser humano?
► Lamento ser negativo en este aspecto. Creo que al ser humano se le olvida todo lo malo con facilidad. Hace todo lo posible por eliminarlo de sus recuerdos. Especialmente esta generación contemporánea del mundo occidental que ha vivido siempre en un Estado del Bienestar (con todas sus imperfecciones) y está acostumbrada al placer y muy poco al esfuerzo. ¿Aprendió alguien de la crisis mundial de 2008? ¿Cuántos se acuerdan ya de cómo se escribe Lehman Brothers? ¿Alguien entendió y aplicó la importancia del ahorro y de no gastar por encima de las posibilidades? ¿Aprendieron los gobiernos a conjugar mejor la libertad económica con la asistencia al necesitado? Yo pienso que no. O en una medida insuficiente. Creo que esta crisis se hará sentir hasta que haya una vacuna. Después, en tres meses, a lo sumo seis, se habrá borrado todo, como si nunca hubiera existido. Y al año y a los diez años los telediarios hablarán de aquel confinamiento, bla, bla, bla.
Lo cual no quiere decir que no haya quien sufra una auténtica transformación, pero sinceramente creo que será una minoría.
La transformación del ser humano exige una catarsis inmensa y un esfuerzo grande. E iluminación. Esto no se reúne con facilidad.
◙ Y después de esto… ¿qué planes tiene, que proyectos por cumplir?
► Muchísimos planes y proyectos: del más sencillo pero más importante, que es dar un abrazo a mis padres; al más “frívolo” como viajar lo antes posible para seguir conociendo las maravillas del mundo. Caminar más aún por mi ciudad, ayudar a la gente que lo va a necesitar, terminar mi nuevo libro, dar recitales, y un larguísimo etcétera.
◙ Para cerrar, ¿puede definir esta situación con una sola “buena” o “mala” palabra?
► Esperanza.
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