viernes, 5 de julio de 2013

CRISTÓBAL OCHOA: VERSATILIDAD Y CONTEMPORANEIDAD

 
     CRISTÓBAL OCHOA: VERSATILIDAD Y CONTEMPORANEIDAD

Ubicar la obra de Cristóbal Ochoa en los terrenos conceptuales de versatilidad y contemporaneidad no es un antojo crítico ni un capricho curatorial. Es la síntesis de alguien que pese a su juventud ha emprendido un vertiginoso recorrido sin esquivar retos o tratos con las disciplinas artísticas: la cerámica escultórica, la pintura, el dibujo, el performance y las intervenciones urbanas y corporales. La galería G Siete del Centro Cultural Los Galpones, en Los Chorros exhibirá a partir del domingo 23 de junio una representativa muestra de su obra bajo el título de “Simbiosis”. Pero el arte tiene su dosis de seducción y rechazo y Ochoa está consciente de ello.
 

Nacido en 1986, Ochoa exhibe un catálogo intenso de participaciones en eventos de diversa naturaleza, como los certámenes de artes del fuego en Valencia, realización de murales en paredes y locales comerciales de Chacao o la celebración bullicioso en Por la calle del medio, a los que se agrega su primera exposición en Bogotá y ahora su primera muestra individual en Caracas con “Simbiosis”.
 


  Sus estudios con Belén Parada, Javier Level, Guillermo Abdalá e Ina Bainova, cimentados con los del Instituto de Estudios Superior Armando Reverón y la condición urbana explican las formas escultóricas de contundentes colores y formas marinas; habría que añadir que Ochoa es aficionado al deporte submarino y de sus encuentros un universo fantástico de algas, peces de variados colores y corales, ha extraído motivos y vivencias como sus erizos marinos desnudos aunque el autor advierte que en un futuro y con el desarrollo, se transformaran en otra cosa, parte de la intención, son figuras vivas con movimiento, que evolucionan, envejecen y en algún momento mueren.
 
 


“La concreción de su experiencia de vida en un hecho estético, efímero o perdurable, es la búsqueda esencial que percibimos en su obra. En este sentido, el medio escogido tiene una trascendencia secundaria. Sin embargo, con cualquiera de ellos logra develar diferentes matices de su indagación creativa y evidenciar los vasos comunicantes que le confieren coherencia y permeabilidad a su planteamiento plástico”, agrega Nelson Otero en el texto que acompaña la muestra.
En su primera muestra individual en la Gsiete se constatará la gestación de volúmenes orgánicos cuya paradójica simpleza y complejidad, nos remiten a formas primigenias de vida, donde lo esférico y lo tubular tienen una predominancia rotunda. Además, Ochoa imprime entre estos entes en aparente procreación, un movimiento de angustiante tensión de elementos que pugnan por escindirse o sobreponerse unos sobre otros. Posible metáfora a la ansiedad por sobresalir en un mar de iguales o la de separarse para alcanzar una identidad independiente.

Igualmente, son comunes las alusiones a la anatomía erótica tanto masculina como femenina. Aunque en algunas piezas es difícil lograr alguna filiación con lo conocido, la sensualidad y la sinuosidad de las formas son elementos omnipresentes. En algunas de sus piezas es patente la contraposición entre una piel conformada por una suerte de escamas o texturas coriáceas, con o sin elementos punzantes, y un interior que se muestra o se intuye terso y sutil, en su forma, color o textura.
 

 
 
En sus últimas cerámicas, Ochoa introduce la variable tiempo, es decir, el registro del instante en que la obra en gestación sufre una transformación. En algunos casos, esta puede ser un lacerante desgarramiento, que expone un interior suave y distendido. En otras se intuye una separación mitótica que podría dar lugar a dos entidades separadas.
En esta ocasión, el artista presenta un par de piezas de formato medio, donde las formas polilobuladas perforadas por agujeros, sugeridas en sus murales recientes, se combinan con volúmenes y texturas presentes en sus piezas iniciales. El agujero pasa a ser un elemento con presencia y esencia. Ahora en lugar de púas, Ochoa horada el volumen, que permite percibir su interior y una pieza más serena, donde no es patente el rechazo al acercamiento. Se abre así una etapa que podría sugerir una mayor propensión de a despojarse de las defensas y dejar permear miradas en su interior e invitar al tacto de la pieza.

Ochoa está consciente de que la dualidad rechazo-seducción es una de las metáforas que subyace en sus obras. Los espinosos pinchos insertados en la matriz de cerámica, así como otras texturas rugosas que lucen ásperas al tacto, son una clara alusión a las defensas o corazas psicológicas que se crea el hombre contemporáneo para esconder o proteger su yo íntimo. Del mismo modo, las texturas, colores y sinuosidad de las formas, generalmente en el interior de las piezas, son utilizadas como elementos de seducción que atrapan al observador en el sempiterno encantamiento de la dualidad rechazo-seducción.

La exposición “Simbiosis” de Cristóbal Ochoa estará abierta al público hasta el 04 de agosto en la Galería G Siete del Centro de Arte Los Galpones, ubicado en la Av. Ávila con 8va, transversal de Los Chorros. A manera de preámbulo se apreciará a la entrada de este complejo un mural suyo de gran formato y tintes de afecto pues está dedicado a su madre. El horario es de martes a sábado, de 11:00 a.m. a 7:00 p.m. y los domingos de 11:00 am a 4:00 p.m.


Agradecimiento. Marisela Montes
Fotos. Cortesía

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