DIPLOMACIA:
Fuente: Lic. Ana Teresa Delgado de Marín
Prensa y RP
Foto. Cortesía Embajada de Qatar
Su Alteza Sheikh Tamim Bin Hamad Al Thani, Emir del Estado de Qatar, reiteró en su discurso, pronunciado durante la sesión de apertura de la Asamblea General de las Naciones Unidas, el día martes 19 de septiembre de 2017, su llamamiento, sobre la base del respeto mutuo a la soberanía, a un diálogo incondicional, con los países participantes del bloqueo contra Qatar, y destacó que el pueblo qatarí ha resistido firmemente el asedio impuesto y ha rechazado con dignidad y orgullo la imposición de los dictámenes.
“Cada vez que me encuentro aquí, defiendo la cooperación internacional constructiva, la paz, los derechos de los pueblos bajo la ocupación y aquellos que son víctimas de crímenes contra la humanidad y que están sometidos al asedio.
Esta vez estoy aquí, estando mi país y mi pueblo sometidos a un continuo bloqueo injusto, impuesto desde el pasado 5 de junio, por países vecinos. El embargo abarca todos los aspectos de la vida, incluida la intervención de estos países para cortar los lazos familiares. Actualmente, Qatar gestiona sus asuntos vitales, su economía y sus planes de desarrollo y se comunica exitosamente con el mundo exterior, gracias a la existencia de corredores marítimos y aéreos que estos países no pueden controlar.
El asedio fue impuesto repentinamente y sin previo aviso, lo cual llevó a que los qataríes lo consideraran una forma de traición.
Al parecer quienes lo planearon y lo implementaron preveían que la medida tendría un impacto directo que conduciría al colapso del Estado de Qatar y su rendición permitiendo que se le imponga una tutela general.
Lo peor del caso, es que los planificadores del asedio observaron que era necesario basarse en declaraciones fabricadas que se me atribuyeron y que fueron plantadas en el sitio de la Agencia de Noticias de Qatar después de haber hackeado el sitio. Los medios de comunicación de estos países, los cuales son medios reclutados y subordinados, estaban preparados para lanzar una campaña total y premeditada de incitación mediante la cual se violaban todos los valores morales, las tradiciones y las normas; así la verdad fue mancillada con un cumulo de mentiras; el dinero aún se gasta a manos llenas en la maquinaría de fabricación de calumnias y su difusión con la esperanza de que la gente se confunda al sustituir la verdad con la mentira.
A pesar de haberse revelado el asunto de la piratería y la falsificación de las declaraciones del Emir de un Estado soberano, los Estados del bloqueo no dieron marcha atrás, ni se disculparon por las mentiras, más bien intensificaron su campaña deseando que el embargo tuviera un efecto acumulativo sobre la economía y la sociedad de mi país, ya que había fracasado en lograr un efecto inmediato.
El responsable de la piratería y la tergiversación de las declaraciones cometió un acto de agresión contra un Estado soberano, ya que el crimen fue una confabulación con fines políticos, seguida de una lista de dictámenes políticos que atentan contra la soberanía, lo cual provocó indignación mundial.
Este acto vergonzoso ha vuelto a plantear interrogantes internacionales sobre la seguridad digital y la ciberdelincuencia.
También reveló la preocupación que embarga a un amplio público tanto a nivel oficial como popular en el mundo, por la falta de instituciones y legislaciones internacionales claras que rijan este peligroso y vital sector y que castigue a los perpetradores de crímenes transfronterizos.
Ha llegado el momento de tomar medidas al respecto; estamos dispuestos a poner nuestras posibilidades al servicio de semejante esfuerzo mancomunado.
Los Estados que han impuesto el bloqueo injusto a Qatar han intervenido en los asuntos internos del Estado, presionando a sus ciudadanos con alimentos, medicinas y a través de las relaciones familiares, para que cambien su posición política con el fin de desestabilizar a un Estado soberano ¿No es eso una de las definiciones de terrorismo?
No se ha limitado este bloqueo ilegal al aspecto económico y la violación del Acuerdo de la Organización Mundial de Comercio, y fue más allá transgrediendo la declaración de los derechos humanos al recurrir a medidas arbitrarias que han causado daños a miles de ciudadanos de los países del Concejo de Cooperación del Golfo y los residentes en su territorio, en el ámbito social, económico y religioso, violando los derechos humanos elementales en cuanto al trabajo, educación, movilización y la disposición de la propiedad privada.
Esto no se detuvo ahí, sino que fue más allá, al perseguir los países del bloqueo a sus ciudadanos y residentes en su territorio e imponerles penas de prisión y multas, por el sólo hecho de expresar su simpatía con el Estado de Qatar, incluso en los medios de comunicación social, un hecho sin precedentes en el mundo, que viola las disposiciones de los convenios y acuerdos sobre derechos humanos que garantizan el derecho del ser humano a expresar sus ideas y opiniones.
Algunos países se permiten no sólo agredir a un país vecino para dictar sus políticas externas y mediáticas, sino que también creen que el simple hecho de poseer el dinero los califica para presionar y chantajear a otros países para que estos compartan su agresión, y se supone que estos deben ser responsabilizados internacionalmente por lo que han hecho.
Los países que impusieron el bloqueo al Estado de Qatar interfieren en los asuntos internos de muchos países y acusan de terrorismo a todos los que se les oponen dentro y fuera del país; al hacerlo, están perjudicando la lucha contra el terrorismo; al mismo tiempo se oponen a las reformas y apoyan a regímenes autoritarios en nuestra región, cuyas prisiones gradúan terroristas.
No solo a nosotros nos sorprendió la imposición del bloqueo, muchos países quedaron sorprendidos al igual que nosotros, y sus líderes cuestionaron sus motivaciones y razones; los países del bloqueo prometieron a quienes cuestionaban los motivos del bloqueo, que les presentaran las pruebas de sus irracionales pretensiones y calumnias contra Qatar, las cuales cambiaban dependiendo de la identidad de quien indagaba; y todos aún esperan las pruebas que no han llegado y que nunca llegarán, porque definitivamente no existen, mientras que hay muchas pruebas que demuestran lo contrario en relación a la contribución de Qatar a la lucha contra el terrorismo, hecho reconocido por toda la comunidad internacional.
El Estado de Qatar ha combatido el terrorismo, y toda la comunidad internacional es testigo de este hecho, y continuará combatiéndolo, ubicándose en el campo de quienes lo combaten; también ve la necesidad de combatirlo ideológicamente y va más allá contribuyendo a la labor de drenar sus fuentes, educando a siete millones de niños alrededor del mundo, impidiendo de esa manera que sean presas de la ignorancia y de las ideas extremistas.
Nos negamos a obedecer los dictados bajo la presión y el asedio, y nuestro pueblo no estaría satisfecho con menos de esto; al mismo tiempo, hemos asumido una actitud abierta al diálogo sin imposiciones, y hemos expresado nuestra disposición para resolver las diferencias por medio de los compromisos conjuntos, ya que resolver los conflictos por los medios pacíficos es originalmente una de las prioridades de nuestra política exterior; por lo tanto, renuevo el llamado al diálogo sin condiciones, que se basa en el respeto mutuo a la soberanía, y valoro muy en alto la mediación sincera, reconocida y apoyada por el Estado de Qatar desde el inicio de la crisis, que realiza mi hermano Su Alteza el Sheikh Sabah Al-Ahmad Al-Jaber Al-Sabah, Emir del hermano Estado de Kuwait, así como agradezco a todos los países que apoyaron esta mediación.
Permítame, en esta ocasión y desde esta tribuna, expresar mi orgullo hacia el pueblo de mi país y por los que residen en el territorio de Qatar de las diferentes nacionalidades y culturas.
Este pueblo ha resistido en las condiciones que ha impuesto el bloqueo, y rechazó los dictámenes con orgullo y dignidad, e insistió en la decisión independiente y soberana de Qatar, fortaleciendo su unidad y solidaridad; ha mantenido en alto su moral y civismo a pesar de la ferocidad de la campaña en su contra y en contra de su país.
Así como reitero mi agradecimiento a los países hermanos y amigos que reconocen la importancia del respeto a la soberanía de los Estados y las disposiciones del derecho internacional y sus posiciones que han sido y siguen siendo un respaldo para el pueblo de Qatar durante esta crisis.
El terrorismo y el extremismo son algunos de los desafíos más serios que enfrenta el mundo, y requieren de todos nosotros una acción concertada contra las organizaciones terroristas y su ideología extremista para preservar la seguridad de la humanidad y la estabilidad del mundo.
Los gobiernos del mundo no tienen otra opción sino la de cooperar en el ámbito de la seguridad para hacerle frente al terrorismo; pero es importante señalar que detener la producción del terrorismo y el extremismo se logra abordando sus raíces sociales, políticas y culturales.
También debemos velar para que la lucha contra el terrorismo no sea un paraguas para cometer actos de represalia o bombardear a civiles.
La lucha contra el terrorismo y el extremismo seguirá encabezando nuestras prioridades, esto lo confirma la contribución activa del Estado de Qatar a los esfuerzos regionales e internacionales, mediante la aplicación de las medidas incluidas en la estrategia de las Naciones Unidas la cual fue adoptada el año 2006 y la aplicación de todas las resoluciones y medidas emanadas del Consejo de Seguridad y relacionadas con la lucha contra el terrorismo y su financiación, y a través de la Coalición Internacional, las organizaciones regionales y las relaciones bilaterales con Estados Unidos y muchos países del mundo.
Los problemas de Oriente Medio
Los problemas de Oriente Medio siguen representando la mayor amenaza para la paz y la seguridad internacionales, debido a la importancia vital de esta región para el mundo.
Israel aún sigue impidiendo el logro de una paz duradera, justa y global en la región y rechaza la iniciativa de paz árabe; el Gobierno de Israel continúa con su enfoque intransigente y su estrategia para crear hechos sobre el terreno mediante la expansión de la construcción de asentamientos en los territorios ocupados, judaizar Jerusalén y restringir el cumplimiento de los ritos religiosos en la Mezquita de Al-Aqsa, lo cual se considera un grave acto de provocación, también mencionamos el continuo asedio a la Franja de Gaza.
La comunidad internacional debe conceder alta prioridad a la reanudación de las negociaciones de paz sobre la base de poner fin a la ocupación israelí de los territorios árabes dentro de un plazo determinado y llegar a un acuerdo justo, completo y definitivo de acuerdo con la solución de los dos Estados acordada por la comunidad internacional. Esto sólo se logrará mediante el establecimiento del Estado independiente de Palestina en las fronteras de 1967 con la ciudad de Jerusalén como su capital.
Renuevo mí llamado a los hermanos palestinos para completar la reconciliación nacional, unificar sus posiciones y criterios, ante los peligros y desafíos que enfrenta la causa palestina y el futuro del pueblo palestino.
La comunidad internacional aún es incapaz de encontrar una solución a la crisis siria a pesar de sus consecuencias y graves repercusiones sobre la región y el mundo; los esfuerzos políticos siguen estancados debido al conflicto de intereses internacionales y regionales; esta inconsistencia que conduce a la protección de quien se supone debemos unirnos en su contra; la comunidad internacional renuncia a sus responsabilidades legales y morales, incluyendo la aplicación de sus propias resoluciones, sometiéndose a la lógica de la fuerza; lo que se requiere es un esfuerzo serio para alcanzar una solución política para la crisis siria de una manera que satisfaga las aspiraciones del pueblo sirio por la justicia, la dignidad y la libertad y preserve su integridad territorial y su soberanía, de conformidad con lo pactado en Ginebra I.
Qatar no escatimará esfuerzos para prestar apoyo y asistencia con el fin de aliviar el sufrimiento humano de nuestros hermanos sirios y cumplir nuestros compromisos humanitarios en el marco de las Naciones Unidas.
En cuanto a Libia, se puede lograr un consenso nacional libio, que preserve la unidad de Libia, su soberanía y el tejido social devolviéndole su estabilidad, combinando los esfuerzos nacionales e internacionales. Debemos intensificar todos los esfuerzos y apoyar al Gobierno de Reconciliación, que cuenta con el apoyo de las Naciones Unidas, en sus esfuerzos por restablecer la estabilidad y luchar contra el terrorismo y sus graves consecuencias. El Estado de Qatar ha apoyado los esfuerzos de mediación internacional y los apoyará en el futuro para lograr cumplir las aspiraciones del pueblo libio.
En lo que concierne al hermano pueblo de Iraq, apoyamos los esfuerzos del gobierno iraquí para alcanzar la seguridad, la estabilidad y la unidad de Iraq, territorio y pueblo, y encomiamos los logros alcanzados en su lucha contra el terrorismo, confirmando el apoyo necesario del Estado de Qatar para completar estas victorias, logrando cumplir los anhelos del pueblo iraquí en cuanto a la igualdad entre sus habitantes y la recuperación de su papel a nivel regional e internacional.
En cuanto al tema yemení, insistimos en la importancia de preservar la unidad del Yemen y lograr su seguridad y estabilidad, poniendo fin al estado de beligerancia y adoptar el diálogo, la solución política y la reconciliación nacional como base para poner fin a esta crisis y cumplir la resolución del Consejo de Seguridad número 2216.
Hacemos un llamado a la comunidad internacional para que facilite el acceso de la asistencia humanitaria a diversas regiones del Yemen. El Estado de Qatar apoya los esfuerzos del enviado de la ONU para poner fin a esta crisis y cumplir las ambiciones del pueblo hermano yemení en relación a la unidad, seguridad y estabilidad.
Con el fin de lograr la seguridad y la estabilidad en la región del Golfo, renovamos nuestro llamado, que ya habíamos lanzado desde esta tribuna, para realizar un diálogo constructivo entre los Estados del Concejo de Cooperación del Golfo e Irán sobre la base de los intereses comunes y el principio de buena vecindad, el respeto a la soberanía de los Estados y la no injerencia en sus asuntos internos.
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En el marco de los esfuerzos internacionales para hacer frente a las crisis humanitarias, el Estado de Qatar ha continuado contribuyendo a las crecientes necesidades humanitarias del mundo y hemos aumentado nuestras contribuciones financieras a la Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios, con el fin de permitir que las Naciones Unidas ejecuten sus programas y proporcionen ayuda humanitaria a quienes lo necesitan en el mundo; el Estado de Qatar ocupa hoy el tercer lugar en la lista de los principales donantes a la Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios para 2017.
Hemos seguido prestando apoyo a los países que enfrentan retos para ayudarles a implementar sus planes de desarrollo; señaló aquí que el Estado de Qatar ocupa el primer lugar en el mundo árabe y ocupa el trigésimo tercer lugar en el mundo en el ámbito del desarrollo humano; lo cual afirma la eficacia de su política humanitaria y de desarrollo; anhelamos alcanzar los objetivos del plan de las Naciones Unidas para el Desarrollo Sostenible, al que todos estamos comprometidos a cumplir.
Para concluir, reiteramos que el Estado de Qatar no escatimará esfuerzos para fortalecer el papel y los esfuerzos de las Naciones Unidas para lograr la paz y la seguridad de la comunidad internacional, promover los derechos humanos y acelerar el desarrollo. Qatar seguirá siendo como la han conocido… y continuará con sus esfuerzos de mediación para hallar soluciones justas en áreas de conflicto.
Su Alteza había iniciado su discurso hablando de la tragedia de los musulmanes rohingyas exhortando al Gobierno de la República de Myanmar y a la comunidad internacional para que asuman su responsabilidad jurídica y moral, adoptando las medidas necesarias para detener la violencia contra la minoría rohingya, garantizar su protección y permitir el retorno de los desplazados a su patria, impidiendo la discriminación sectaria o étnica en su contra y garantizar que logren obtener todos sus derechos legítimos como ciudadanos plenos, solicitándole a todos los países para que les ofrezcan la asistencia humanitaria necesaria.