Por. Dr. Claudio Emilio Pompilio Quevedo @claudiopompilio_mag
Fotos. Cortesía varios autores
Carolina Jaimes Branger es una mujer polifacética. Uno de esos maravillosos ejemplos de los que pueden alcanzar las féminas por derecho propio, sin deber nada a nadie, desarrollando sus facultades, talento e inteligencia.
La viva demostración que las mujeres no son “creaturas de cabellos largos e ideas cortas” destinadas a llevar un hogar y atender al marido, como se pensaba hasta bien entrado el siglo XX
Ingeniero, locutora, columnista, escritora, con su ópera prima nos invita a conocer las intimidades sociales, políticas y culturales de principios del siglo XX, contándonos sobre una familia gomecista, cuya vida se nos presenta inquietantemente vigente en esta segunda década del siglo XXI y nos insta a cavilar sobre cómo el pasado del país que fuimos y cómo ese pasado “no muy lejano” influye en nuestras existencias.
> Carolina. ¿Qué es “Aquello que no se dice”?
> "Aquello que no se dice" es una denuncia, una crítica severa a una sociedad hipócrita, hecha a través de la historía de una familia de la alta sociedad venezolana entre 1908 y 1946.
> La creación de una obra literaria no es nada fácil. Al contrario de lo que mucha gente piensa, no es algo que se hace en automático, Es duro enfrentarse ante un folio en blanco ¿En tu caso como fue el proceso?
> Cuando yo era una niña, crecí rodeada de adultos: mis abuelos, mis tíos abuelos, y siempre venían muchas visitas. Y me encantaba escuchar sus historias. Sobre todo las que contaban después de pedir "que los niños se vayan porque esto no lo pueden oír". Yo tenía un atajo y gateando llegaba hasta un lugar estratégico donde escuchaba todo lo que decían. Muchas cosas no las entendí en su momento, pero a medida de que fui creciendo, fueron haciendo "clic" y encajando en su lugar. Luis Alberto Machado, a quien tuve la fortuna de tener por amigo y mentor, me dijo un día: "Niña, tú tienes que escribir esas historias, o, al menos, algo que te recuerde la historia, porque ahí tienes no una, sino tres y hasta cuatro novelas". Le hice caso. Y cuando tomé la decisión de escribir la novela, lo que armé fue como una columna vertebral y le fui asignando a cada personaje las historias que les venían bien. Todavía tengo un montón de historias, así que esto da para una saga
> Muchas veces los libros, especialmente las novelas, tienen algo de autobiográfico. ¿Ese es el caso en tu novela?
> Cuando a Gustave Flaubert le preguntaron que quién era Madame Bovary, respondió: "Madame Bovary c'est moi!". Creo que hay algo de uno en cada uno de los personajes, tanto las luces como las sombras.
< Aquello que no se dice ¿lo escribiste rápidamente, o por el contrario, se llevó tiempo hacerlo realidad?
> Mi proceso fue en tres etapas. La primera, cuando finalmente decidí que estaba lista para escribir una novela, llevaba como 120 páginas cuando se me ocurrió enseñársela a mi mamá. Mala, muy mala idea. Mi mamá entró en shock cuando la leyó: para ella era inconcebible que yo, una "niña" educada, escribiera "esas cosas". Ella comenzaba el proceso de su demencia senil y cada vez que me veía escribiendo pensaba que era la novela y eso la ponía en extremo nerviosa. Entonces le prometí que no escribiría más. Cuando ella murió, la desempolvé (habían pasado como 9 años) y escribí unas ciento y pico de páginas más. En aquel momento yo pertenecía a un grupo donde leíamos, escribíamos y comentábamos nuestras producciones literarias. Quien llevaba el grupo, alguien a quien respeto como escritor, literalmente me destrozó la novela. Me dijo que era banal, baladí y provinciana. Y yo me paralicé. Sé que no he debido hacerlo, pero tal vez en ese momento no pasaba por un buen momento en mi vida y la dejé. Finalmente, cuando llegó la pandemia, mi hija Irene, quien escribe muy bien, me dijo "Mami, este es el momento de terminar tu novela, porque es muy buena". Y todos los días me mandaba mensajes preguntándome si estaba escribiendo. Entonces la saqué y empecé a escribir hasta que la terminé.
<Yo creo que de alguna manera los libros son como nuestros hijos. Fruto de nuestras experiencias, recuerdos, vivencias o imaginación ¿Cómo fue para Carolina Jaimes Branger, ver que ese ejercicio creativo se hace realidad, se presenta ante el público y además se tiene éxito inmediato?
> Pues, de cierta manera, fue como tener otro hijo. Concebido con ilusión y trabajado con pasión. Y que me lo haya publicado Planeta, pues es el sueño de todo escritor. Ya ellos habían publicado un cuento para niños mío. ¿El éxito? ¡Eso me ha hecho muy feliz! He recibido las mejores críticas de personas a quienes respeto como escritores o lectores y me encanta cuando me dicen "no la pude soltar hasta que la terminé". ¡Te cuento que ya salió la segunda edición!
> Con la novela en tus manos. Al leerla ¿sentiste que contiene todo lo que querías narrar, o tal vez se te quedó algo en el tintero?
> La novela es lo que yo quería narrar, pero yo misma me quedé con ganas de saber para dónde iban esos personajes.
> Tal vez sea prematuro preguntar, pero ¿Tienes ya en mente un nuevo proyecto editorial?
> No es prematuro, ya estoy escribiendo la continuación.
> Eres una profesional que representa magníficamente a las mujeres contemporáneas. Madre, esposa, profesional, conductora de un programa de radio, escritora… ¿Cómo logras conciliar cada faceta y más aún, tener éxito en ellas?
> Gracias por los piropos. Trato de poner lo mejor de mí en todo lo que hago.
> Con tantos logros, premios, honores… ¿Qué le falta lograr a Carolina Jaimes Branger, la mujer y la escritora?
> Pues pienso que me falta todo, así como si no hubiera hecho nada. No quiero pensar que lo mejor de mi vida lo dejé atrás, sino que lo tengo por delante.
> En Italia se dice que todos tenemos sueños o deseos en la gaveta ¿Cuáles son los tuyos?
> Quiero seguir haciendo lo que amo hacer: escribir, hacer radio y TV, estar con las personas que quiero, sobre todo con mi nietita que me tiene chocha.
> Aquellos que aman la literatura ¿Cómo y dónde pueden adquirir tu novela?
> En Caracas está prácticamente agotada. En 2025 espero tener presentaciones en las ciudades donde se publicaban mis artículos cuando todavía existían los periódicos, y que ahora mis lectores me siguen fielmente por los blogs en los que escribo. Creo que en La Sopa de Letras en los Secaderos de La Trinidad quedan algunos ejemplares. Si no, paciencia que en enero me llegan más libros.
> Carolina ¿nos regalas tus redes y donde pueden seguirte?
> Soy @cjaimesb en Instagram y en X.
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