ENTREVISTA:
Fuente. Lic. Acela Santamaría
RR.PP Venevisión
Fotos. Cortesía
“Reina es todavía más mala que Marbelis, terrible peor, una sociópata, una mujer que creció obviamente sin ningún tipo de familia, ni de cariño. Yo creo que ella creció llena de resentimientos y odio. No tiene ningún tipo de conexión, ni comunicación ni siquiera con sus propios hijos. Todo lo que la mueve es el resentimiento, es una persona dañada, que nunca tuvo posibilidades o nunca quiso recuperarse, muy torcida. No estableció ninguna relación de afecto que es algo muy importante, el calor humano necesario para toda persona. Además es una persona monstruosamente egoísta, ella lo que le importa es la supervivencia de ella misma”- aseveró Carlota Sosa al describir el perfil psicológico de su personaje de “Reina Monserrat”, en el nuevo dramático estelar de Venevisión, “Entre Tu Amor y Mi Amor”, al tiempo de comparar este rol con la popular villana que encarnó en la exitosa telenovela “Válgame Dios”.
¿ Cuál fue su estrategia para diseñar este personaje desde que le llegó a las manos?
Yo tengo la tendencia sobre todo trabajando en telenovelas, de que no le busco la quinta pata al gato. Trato de no pensar tanto, hacer más sobre lo que está escrito y basarme en lo que el escritor me da. Y a partir de allí construir y no buscar tanta explicación. Porque yo me he dado cuenta que al final lo que ocurre, con los actores que piensan demasiado los personajes es que o no le sale nada o le sale algo muy sobreactuado.
¿Desde el principio de la historia ha estado enfrentada a Sol Buendía (Rosmeri Marval), en la trama de la telenovela?
Al principio, cuando ella no sabe quién es, Reina pareciera sentirse identificada con Sol, porque es una pobre muchacha que viene a la ciudad tratando de surgir, pero en lo que ella se da cuenta de que la joven tiene una relación con su hijo, Alejandro (Daniel Elbittar), no le gusta y después de eso descubre que es la hija de las personas que ella mandó a matar. Y esta muchacha es quien le puede quitar todo. Ella ve en Sol a la persona que le va a arrebatar todo lo que ella construyó, aunque lo hizo de una mala forma. Sol es su piedra de tranca, es quien le impide continuar con su vida. Porque además Alejandro (Daniel Elbittar) su hijo, es una posesión de ella , como todo lo que es suyo, a Reina no le importa él como ser humano, sino que él es parte de su patrimonio, ella es la que decide qué hacer con esa propiedad, nadie más se puede meter en eso, los maneja a todos como marionetas en esa familia, incluso a su esposo.
¿Qué otros proyectos espera realizar próximamente?
Ahorita no tengo nada, voy tomar un tiempo de descanso dedicada a la familia, a pensar a ver, ya veremos.
¿Cómo podría decir que repercute la trama de “Reina Monserrat”, en el resto de la historia?
Afecta toda la historia, como siempre los villanos son los que motorizan la historia en general, son quienes les ponen obstáculos a los protagonistas, para que puedan estar juntos, le hacen la vida imposible, básicamente al resto del elenco, y la villana se dedica a destruirles todas las aspiraciones, modo de vida, rutina, en ese sentido ella impulsa lo que les sucede a los demás.
“CADA VEZ QUE HAGO UNA NUEVA TELENOVELA DIGO: ÉSTA SERÁ LA ÚLTIMA”
¿Tras el descanso que se va a tomar después de esta telenovela, qué aspira hacer?
No tengo idea, tengo tiempo pensando en el retiro, cada vez que hago una nueva telenovela digo: ésta será la última, pero me ha pasado que al decirlo, he hecho tres más. Vivo el aquí y ahora, y si aparece un proyecto que de verdad me interese muchísimo pudiera ser. Por ahorita me mantengo tranquila y relajada.
¿Qué ha significado el arte dramático en su vida?
Desde siempre ha sido algo que me apasiona, yo empecé a actuar incluso en el colegio como desde los 15 años. Y en teatro ya profesionalmente, desde los 18 años de edad, pero sí siempre ha sido una forma incluso de introspección para mí, el aprendizaje y entrenamiento en el arte dramático. Porque yo creo que es algo que quizás se ha perdido mucho hoy en día, en los tiempos modernos, la parte fascinante de esta carrera. Yo la recuerdo con mucha nostalgia, creo que es la parte que más me interesó del proceso de ser actriz, que es el entrenamiento. Porque para un actor el entrenamiento es conocerse todo lo más posible, y tiene que hacer mucha introspección, porque debe saber cuáles son las herramientas con las que va a trabajar, que básicamente son las emociones, entonces eso es complicado, pero es muy emocionante también.
¿Podría compartir las satisfacciones que su carrera, como actriz le ha dado?
Uy muchísimas, cada vez que por ejemplo hay un personaje, que de alguna manera le llega a la gente, incluso no porque pueda pegar mucho a nivel de rating o de fama, como por ejemplo el que hice en Válgame Dios, sino simplemente personajes que de alguna manera llegan al público por el trabajo , que es lo fundamental para mí como actriz, que es que los espectadores cuando lo vean a uno sientan verdad. Una de las cosas que a mí más me gusta en un actor que yo veo en escena, es no sentir que está actuando, sino que lo que me está diciendo, es como si fuera esa persona que interpreta realmente. Se transfigura no necesariamente a nivel físico, sino porque lo que está diciendo tiene tanta verdad, que se lo creo. Y una de las mayores satisfacciones para mí ha sido lograr que la gente, me crea lo que yo hago con un personaje determinado, eso para mí es lo mejor.
¿Qué consejos puede brindar a las nuevas generaciones que se inician en el arte dramático?
Que se lo tomen no solamente como un oficio, sino como algo que tienen que considerar, pulir, respetar, conservar, porque es un arte y tienen que verlo como tal. No solamente como un peldaño de ascenso económico o de prestigio social, sino como algo un poco más hacia dentro, hacia el arte en sí mismo, la necesidad de expresarse artísticamente una persona. Por supuesto hay muchísimos actores jóvenes en los cuales yo veo esa pasión. Yo creo que esa es la palabra clave pasión. Porque así como en las relaciones que cuando empiezan hay mucha pasión en ellas, y después se van convirtiendo en otra cosa, para nosotros los actores también puede desaparecer ese sentimiento, en el trabajo que estamos haciendo y ya dejaría de tener tanto brillo, tanta importancia, entonces, conservar la pasión es importante.
En su carrera los personajes emblemáticos, por lo general, han sido de villana…
Y si no de villana de gente con mucho carácter. Por ejemplo yo hice el personaje que me escribió brillantemente José Ignacio Cabrujas , y se lo agradezco enormemente, en La Dueña, como María Consuelo, y era maravilloso. Porque eran roles que evolucionaban, empezaban pareciendo villanas, que también le hacían la vida imposible a la ‘prota’, pero crecían a otro nivel. En el caso de La Dueña, terminaba siendo uno de los personajes más bellos de la novela, que además reivindica a la protagonista. También en La Dama de Rosa, realicé una interpretación, en ese mismo estilo, porque comienza siendo una mujer que se vende, cortesana, y así me ha tocado. Yo creo que la única vez en mi vida que hice un personaje que era buena, buena, me aburrí tanto, que duré tres meses en la novela, renuncié. Las villanas son personajes más divertidos, porque tienen mucha sustancia. Dentro del código de la telenovela, el rol de la buena es una mujer que tiene una vida impoluta, que no comete errores, rutinaria, sin pasiones , son roles que de alguna manera no son muy atractivos. En cambio la villana tiene todo eso, es como una persona normal, con todas las cosas positivas y negativas que puede tener un ser humano. No sé si se han dado cuenta pero todas las villanas son sexys, aunque hay excepciones , pero generalmente lo son, están llenas de pasiones humanas que le son negadas a los personajes de buena. Entonces prefiero los roles de villana.
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